Hay un tiempo para cada cosa, y un momento para hacerla bajo el cielo. Hay tiempo de nacer, y tiempo para morir; tiempo para plantar, y tiempo para arrancar lo plantado. Un tiempo para dar muerte, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruír y un tiempo para construír. Un tiempo para llorar, y otro para reír; un tiempo para los lamentos, y otro para las danzas. Un tiempo para lanzar piedras y otro para recogerlas; un tiempo para abrazar, y otro para separarse. Un tiempo para buscar, y otro para perder; un tiempo para guardar, y otro para tirar fuera. Un tiempo para rasgar, y otro para coser; un tiempo para callarse, y otro para hablar. Un tiempo para amar, y otro para odiar; un tiempo para la guerra, y otro para la paz. Eclesiastés, 3 Antiguo Testamento |